[…] es preciso amoldar la práctica
docente a la diversidad de metas, anhelos y estilos que albergan diferentes
estudiantes en nuestras aulas (…) y para ello el profesor de lenguas debe
convertirse en agente activo de la enseñanza individualizada y en
prestidigitador del aprendizaje colectivo e individual.
(Ortega, 2009, p. 25) [La negrita es nuestra]
Este fragmento que recoge en pocas palabras cómo debe ser un profesor ELE. En
numerosos trabajos de diferentes asignaturas hemos tenido que tener en cuenta
todos y cada uno de las acciones que debe cumplir, tales como: organizar
situaciones de aprendizaje y evaluarlo, implicar a los alumnos, facilitar la
comunicación intercultural, etc. No olvidemos que también debemos diagnosticar
y atender las necesidades de los alumnos, sabemos que cada alumno es único y
tiene sus propias necesidades.
Cumplir con este perfil contribuirá a mejorar la enseñanza y el
aprendizaje del español, una lengua que ocupa el segundo puesto por número de
hablantes nativos, y que hoy estudian 18 millones de personas en todo el mundo.
En un principio, la lista del “buen profesor
de español” me resultó complicada en el sentido de que consideraba que era
imposible llevar todas y cada una de las premisas a cabo, sin embargo, tras
todos los trabajos realizados y, algunos de ellos, llevados a la practica,
durante mi periodo de prácticas docentes, las cuales están teniendo lugar
durante esta semana, me he dado cuenta de que no es tan difícil ni utópico como
creía en un principio. Es inevitable cometer errores durante alguna sesión,
pero es algo que remendaremos con la práctica.
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