“Tanto la motivación integradora como la
instrumental pueden propiciar el éxito, mientras que la total ausencia de ambas
puede derivar en serios problemas de adquisición. Aunque muchos estudios
afirman que cuanto mayor sea el grado de motivación integradora, mayor será el
éxito obtenido en la L2, otros observan que es el grado (y no el tipo) de
motivación lo que determina el nivel de éxito en el aprendizaje de una LE
(Ellis, 1995).”
Considero
que esta muestra, extraída del módulo 5 de la
asignatura Adquisición de Segundas Lenguas, recoge uno de los factores
principales que deben darse en cualquier proceso de aprendizaje, y es que la motivación es el motor precursor de
cualquier proceso de adquisición de conocimientos. Se trata del interés que
tiene el aprendiente por su propio aprendizaje. Este interés se puede adquirir,
mantener o aumentar en función de elementos intrínsecos y extrínsecos. Sabemos
que todo profesor debe velar e incentivar por la motivación de sus alumnos suscitando
el interés por la materia, dirigiendo y manteniendo el esfuerzo y finalmente,
logrando el objetivo de aprendizaje prefijado.
He
visto y sentido la motivación en gran parte de mis profesores, pero sobre todo,
en mis compañeros. Si bien también influye la constancia de la decisión de
seguir formándonos en el ámbito educativo. Asimismo, sin este interés que todos
compartimos, habría sido imposible llegar hasta aquí, no olvidemos que también
hay factores que influyen negativamente como el estrés y la falta de tiempo
debido a que la gran mayoría trabajamos o tenemos otros quehaceres que no nos
permiten dedicar el cien por cien de nuestro tiempo al máster, sin embargo, es
la motivación lo que nos lleva a no tirar la toalla y evitar que cualquiera de
nuestros futuros alumnos la tire.
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